TÍTULO: Wolfsong: La canción del lobo
AUTOR: T.J. Klune
SAGA: Green Creek 1/4
GÉNERO: Fantasía, romance homosexual
EDITORIAL: V&R Editoras (VRYA)
PÁGINAS: 704
Ox nunca tuvo a nadie, hasta que un extraño chico le tendió la mano y lo condujo a un mundo donde lo maravilloso es posible.
Le dio un hogar. Una familia. Una manada.
Pero allí donde vive lo increíble también lo hacen las pesadillas.
Y aunque Ox es solo un humano, muy pronto deberá alzar su aullido y pelear con uñas y dientes por quienes ama.
Le dio un hogar. Una familia. Una manada.
Pero allí donde vive lo increíble también lo hacen las pesadillas.
Y aunque Ox es solo un humano, muy pronto deberá alzar su aullido y pelear con uñas y dientes por quienes ama.
La universidad arrasó conmigo en el 2020. Entrado el segundo cuatrimestre las materias me llegaban hasta el cuello y no fue hasta que terminé de rendir todas (por suerte, aprobadas) que me di el lujo de descansar. Tanto física como mentalmente, claro. Porque me había convertido en un muerto viviente y me tomó casi DOS MESES volver a encontrar el ritmo.
La verdad es que tenía Wolfsong y Ravensong (el segundo libro) guardados en mi armario desde mediados de octubre (libriana por aquí, jiji) y los dejé durante un tiempo juntando polvo hasta que tuve los ánimos de retomar la lectura a inicios de este mes.
Mucha cháchara hasta acá. Pasemos a lo que todos nos compete (o no): mi opinión.
Y es que para qué mentirles, mE LO DEVORÉ EN DOS DÍAS. Y miren que este es un libro bastante intimidante con sus setecientas-y-poquitas páginas, pero T.J. Klune tiene una pluma tan bonita que es casi imposible dejar de leerlo. En un capítulo puede que estés saltando en una pata por lo cálido que se siente nuestro protagonista con su círculo íntimo, y al siguiente te largas a llorar a moco tendido y tiras el libro a la mierda (basado en hechos reales).
Porque si algo aprendí con Wolfsong, es que tenés que prepararte y abrocharte el cinturón, porque este es un libro que te lleva en una montaña rusa de emociones.
Tenemos dos personajes principales: Ox y Joe (sí, tengo que admitirlo: la primera vez que leí el nombre no pude evitar pensar en uno de los hermanos Jonas). Me es imposible no revelar un poquito de ellos sin hacer spoiler, pero el hecho de que la historia empiece con un Ox de doce años nos da el pie para conocerlo desde muy chiquito, con sus miedos e inseguridades. Sin embargo, me enorgullece decir que los ¿sentimientos? ¿emociones? que el Ox de doce años nos transmite van modificándose con el correr del tiempo y lo vemos crecer frente a nuestros ojos hasta convertirse en un adulto con los pies bien puestos en la tierra. Pasamos de querer abrazarlo y protegerlo de las maldades del mundo a mirarlo desde abajo porque sí, pega el estirón y termina siendo una bestia de casi dos metros. Ox es curioso, precavido, atento, un chico inteligente con un corazón enorme que siempre pone a los que quiere por encima de todo.
Luego tenemos a Joe, que cuando aparece por primera vez no es más que un niño de cabello rubio con (atenti) DIEZ AÑOS. Me acuerdo patente que cuando este personaje empezó a nombrarse cada vez más seguido en las páginas pensé: nah, no puede ser. Porque estaba claro que la historia iba a girar en torno a dos chicos (hello, vine por lo gay) pero cuando Joe y Ox se conocen tienen una diferencia de cinco años: uno quince y el otro diez. ME ASUSTÉ, PA QUÉ NEGARLO. Pero a medida que continuas la historia empezas a darte cuenta que la interacción de ellos dos desde muy pequeños (siempre desde la amistad y la inocencia) es fundamental para el resto del libro. De hecho, yo diría que es un pilar necesario. El cariño que se tienen el uno al otro es una de las cosas más bonitas y puras que haya leído en muuuuuucho tiempo.
Y para qué hablar de Joe, si solamente le faltan las alas para graduarse de angelito. Él es todo lo contrario a Ox: charlatán, juguetón, testarudo, impulsivo, caprichoso y todo un libro abierto. Es de esas personas que con sólo observar su rostro te enteras de lo que le pasa y siento que por este motivo (entre otros) se complementa tan bien con Ox.
Obviamente aparecen otros personajes en el libro, como Gordo, Mark, los hermanos de Joe, sus padres... pero esta entrada se haría muuuuuy extensa y no es mi idea. Lo que sí puedo mencionar es que le tomas mucho cariño a cada personita y es increíble cómo vas distinguiendo sus personalidades, siendo unos más serenos y otros más de ir al choque, como me gusta decirlo.
La verdad es que Wolfsong me hizo sacar canas verdes pero también me hizo disfrutar de un tobogán de emociones del cual no me quería bajar. Te metes tanto en la historia que cuando acaba después vas caminando por la calle viendo a la gente y pensando "¿será esta persona mi vínculo?" y repitiendo manadamanadamanada cual desquiciada (que, sorpresa, sí soy).
La verdad es que tenía Wolfsong y Ravensong (el segundo libro) guardados en mi armario desde mediados de octubre (libriana por aquí, jiji) y los dejé durante un tiempo juntando polvo hasta que tuve los ánimos de retomar la lectura a inicios de este mes.
Mucha cháchara hasta acá. Pasemos a lo que todos nos compete (o no): mi opinión.
Y es que para qué mentirles, mE LO DEVORÉ EN DOS DÍAS. Y miren que este es un libro bastante intimidante con sus setecientas-y-poquitas páginas, pero T.J. Klune tiene una pluma tan bonita que es casi imposible dejar de leerlo. En un capítulo puede que estés saltando en una pata por lo cálido que se siente nuestro protagonista con su círculo íntimo, y al siguiente te largas a llorar a moco tendido y tiras el libro a la mierda (basado en hechos reales).
Porque si algo aprendí con Wolfsong, es que tenés que prepararte y abrocharte el cinturón, porque este es un libro que te lleva en una montaña rusa de emociones.
Tenemos dos personajes principales: Ox y Joe (sí, tengo que admitirlo: la primera vez que leí el nombre no pude evitar pensar en uno de los hermanos Jonas). Me es imposible no revelar un poquito de ellos sin hacer spoiler, pero el hecho de que la historia empiece con un Ox de doce años nos da el pie para conocerlo desde muy chiquito, con sus miedos e inseguridades. Sin embargo, me enorgullece decir que los ¿sentimientos? ¿emociones? que el Ox de doce años nos transmite van modificándose con el correr del tiempo y lo vemos crecer frente a nuestros ojos hasta convertirse en un adulto con los pies bien puestos en la tierra. Pasamos de querer abrazarlo y protegerlo de las maldades del mundo a mirarlo desde abajo porque sí, pega el estirón y termina siendo una bestia de casi dos metros. Ox es curioso, precavido, atento, un chico inteligente con un corazón enorme que siempre pone a los que quiere por encima de todo.
Luego tenemos a Joe, que cuando aparece por primera vez no es más que un niño de cabello rubio con (atenti) DIEZ AÑOS. Me acuerdo patente que cuando este personaje empezó a nombrarse cada vez más seguido en las páginas pensé: nah, no puede ser. Porque estaba claro que la historia iba a girar en torno a dos chicos (hello, vine por lo gay) pero cuando Joe y Ox se conocen tienen una diferencia de cinco años: uno quince y el otro diez. ME ASUSTÉ, PA QUÉ NEGARLO. Pero a medida que continuas la historia empezas a darte cuenta que la interacción de ellos dos desde muy pequeños (siempre desde la amistad y la inocencia) es fundamental para el resto del libro. De hecho, yo diría que es un pilar necesario. El cariño que se tienen el uno al otro es una de las cosas más bonitas y puras que haya leído en muuuuuucho tiempo.
Y para qué hablar de Joe, si solamente le faltan las alas para graduarse de angelito. Él es todo lo contrario a Ox: charlatán, juguetón, testarudo, impulsivo, caprichoso y todo un libro abierto. Es de esas personas que con sólo observar su rostro te enteras de lo que le pasa y siento que por este motivo (entre otros) se complementa tan bien con Ox.
Obviamente aparecen otros personajes en el libro, como Gordo, Mark, los hermanos de Joe, sus padres... pero esta entrada se haría muuuuuy extensa y no es mi idea. Lo que sí puedo mencionar es que le tomas mucho cariño a cada personita y es increíble cómo vas distinguiendo sus personalidades, siendo unos más serenos y otros más de ir al choque, como me gusta decirlo.
La verdad es que Wolfsong me hizo sacar canas verdes pero también me hizo disfrutar de un tobogán de emociones del cual no me quería bajar. Te metes tanto en la historia que cuando acaba después vas caminando por la calle viendo a la gente y pensando "¿será esta persona mi vínculo?" y repitiendo manadamanadamanada cual desquiciada (que, sorpresa, sí soy).
CALIFICACIÓN: ✩✩✩✩✩ (5/5)
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